Desafíos:
Para Mitsubishi, el desafío era mantener un estricto control de sus existencias en tres almacenes: los de la fábrica de motores, de coches y de chasis. Sin Körber, dependía en gran medida de los conocimientos de los operarios y el manejo del almacén era totalmente manual. El proyecto se concentró en:
Ventajas:
Con Körber, los artículos más críticos del inventario de Mitsubishi empezaron a recibir un tratamiento especial tras la implantación de reglas específicas del sistema para identificar la demanda. Entre otras, las ventajas eran: